Ángela Becerra resucita como novela la primera huelga de mujeres de Colombia
La obra es un grito de aquellas mujeres y su necesidad de reivindicar sus derechos.
Entre febrero y marzo de 1920 las trabajadoras de Medellín marcaron un hito hoy casi olvidado, fueron las primeras de Colombia que gritaron "¡mujeres a la huelga!", un llamado que la escritora Ángela Becerra resucita en su último libro "Algún día, hoy" (Planeta).
"Me encontré con un tesoro, porque ella me buscó a mí. Si yo no hubiera puesto la televisión a las dos de la mañana de aquel día, yo hubiera empezado a escribir otra novela, pero las historias lo buscan a uno y yo creo que si te consideran digno te fecundan, y es lo que sucedió con esta historia", dice Becerra en una entrevista con Efe.
La escritora, nacida en Cali en 1957, relata a lo largo de 816 páginas la historia de Betsabé Espinal, quien lideró aquella huelga de trabajadoras textiles y de la que "existe muy poca" información a pesar de su importancia en la lucha por condiciones laborales dignas y en la reivindicación de los derechos de la mujer.
La huelga que lideró Espinal comenzó el 12 de febrero de 1920 en en el área metropolitana de Medellín y llevó a la sindicalista a ponerse al frente de una manifestación de las trabajadoras de una fábrica textil contra la explotación, los abusos y las condiciones denigrantes en que trabajaban.
Por eso, la novela es un grito de aquellas mujeres y su necesidad de reivindicar sus derechos, un reclamo frente a unas condiciones que hoy parecerían absurdas como tener acceso al baño o a portar zapatos en sus trabajos y un llamado a la igualdad en sus tratos y en el acceso a sus derechos.
"Yo me enamoré de Betsabé, de esa fuerza y me identifico con ella muchísimo. Por eso me es tan fácil asumir su personalidad y poder reconstruirla porque ella está incompleta en cuanto a tiempo, en cuanto a vivencias. Ella solamente es visible durante tres semanas o cuatro que dura la huelga", indica Becerra.
El relato está ambientado en una Medellín de principios de siglo XX de contrastes sociales y de importantes cambios tecnológicos que representa, junto a París, el telón de fondo de esta historia de dramas y heroísmos por los que atraviesan sus protagonistas.
"Entre más investigaba más ganas tenía de meterme en la historia, porque me iba a llevar además a viajar en el tiempo hasta llegar a ese inicio de siglo no solo de Medellín (...) también me encontraré con el París revolucionario, artístico de Montparnasse que hubiese querido vivir en carne propia pero que gracias a la novela pude hacerlo", menciona la escritora.
La novela, ganadora del Premio Lara 2019, sumerge al lector en la vida de la heroína porque también aborda su relación con su madre "enajenada mental", su compleja pero profunda amistad con Capitolina, su amor imposible con Emmanuel Le Blue y la huelga que lideró y que le otorgó un lugar en la historia.
"Yo me quedé con la frustración de no haber podido tener en mi adolescencia la oportunidad de rebelarme, así que se me ha quedado eso atrancado y Betsabé me estaba dando la oportunidad de dar rienda suelta a eso, estábamos fundidas", agrega.
Para la escritora, ganadora del Latin Literary Award 2004, 2006 y 2007, del Premio Azorín de Novela 2005, el Premio al Mejor Libro Colombiano de Ficción 2005 y el Premio Iberoamericano de Narrativa Planeta-Casa de América, la antesala de las novelas es la parte "más apasionante".
Por ejemplo, la de "Algún día, hoy" conllevó la escritura paralela de un libro de documentación de 300 páginas, la investigación que soporta su última novela, entre libros, fotografías y documentos de las bibliotecas Eafit y la Pública Piloto que le tomó un año de trabajo.
"Es cuando empiezas a investigar, cuando empiezas a perfilar, a cincelar los personajes, cuando empiezas a ver en dónde van a caminar, cuál es el escenario. Es allí donde empiezas a vivir la otra vida, la vida que va a ser la de la novela", explica Becerra.
La escritora logra combinar la realidad de uno de los episodios más importantes por la reivindicación de los derechos en América Latina y la magia producto de la fabulación de los personajes, escenarios y naturaleza, que son elementos constantes en su "idealismo mágico".
"Yo creo que conectó conmigo, pienso que en las otras novelas había el germen de eso porque en cada protagonista mujer siempre he buscado reflejar la fuerza de ellas, y en este yo creo que fue ya como que el dique se abrió y salió todo. Pero que estaba allí latente", añade.
En las novelas que escribió antes de "Algún día, hoy", Becerra se alejó de la "apología a la debilidad de la mujer", por lo que es posible reconocer en ellas la semilla de esa necesidad que conectó con la lucha de las mujeres.
Es por eso que Becerra hace una defensa enardecida de ese movimiento que "enaltece" el talento, "aprecia la inteligencia" y "el sentir" feminista.
"Somos el 52 % de los cerebros del mundo y no se pueden perder, ¿cómo puede el mundo perderse del 52 % de los cerebros?", sentencia.
EFE